La recepción del Arte creado por la Máquina, por Monserrat Torres

Monserrat Torres

Introducción

Durante el transcurso de este ensayo, se plantea la empoderación de la máquina como herramienta al momento de crear arte y por ende el abandono de la utilización de la mano en forma directa, lo cual también nos lleva a cuestionarnos quién es el verdadero autor de la obra. Este tema es abordado principalmente por el evidente y constante avance vertiginoso de las tecnologías que buscan cubrir todas las necesidades posibles que el ser humano se impone día a día, que incluso va aumentando el rango de inconformidad y por ende el grado de complejidad de la máquina.

Desarrollo

I. Integración de la máquina en el mundo artistico

Es importante tener conocimiento previo de cómo la máquina se va introduciendo al mundo del arte, rescatando la recepción de la sociedad y de los mismos artistas con respecto a este tema. Por este motivo se contextualiza brevemente cómo este hecho afecto, esta y nos seguirá afectando con el transcurrir del del tiempo.

Gracias a la industrialización se expande los ideales o principios de la configuración de la vida y el arte por medio de la técnica, en donde los objetos mecánicos junto con las máquinas, irrumpen y se multiplican con rapidez a lo largo del siglo XIX. Durante esa época se experimenta cambio dentro de nuestra sociedad orgánica e industrial que va dirigido hacia un sistema con diferentes tipos o estilos de información, cuyos medios tecnológicos permite crear nuevos modelos estéticos llevando al replanteamiento del conocimiento y percepción del arte.

El dibujo, la pintura y la escultura han dejado de ser la única forma, a través de la mano, de dar cuerpo a las imágenes, además de la integración de la representación visual que se libera de la destreza o habilidad manual. Así mismo, la singularidad del arte antiguo ha cambiado, lo cual es positivo por un lado, ya que las obras se pueden reproducir más de una vez, dejando de ser una pieza única,e irrepetible. La búsqueda de la inmaterialidad de la obra y el proceso de producción de la obra junto con la. recepción de está, pasando a ser más viral o pública. También se le otorga mayor validez a la obra, ya que es relevante la importancia de la misma en su totalidad, debido a que no se valora tan solo el resultado final de una representación literal o subjetiva de la realidad, sino que se le otorga el mismo nivel de importancia a todo el proceso constructivo, es decir, la poiesis, el cual abarca desde la idea o concepto del artista pasando por su producción hasta llegar al resultado físico de este.

Hengel, predecía la muerte del arte, en el siglo XIX, ya que esta disciplina era vinculada con la máquina, es él quién también postulaba un arte que forma parte del espíritu absoluto, cuyo triunfo espiritual en el momento romántico: se trataría de un proceso dialéctico donde la intuición o tesis, se opone al antítesis o representación, resultando la primacía del concepto que corresponde a la síntesis, donde el arte según esta analogía, sería cosa del pasado, una especie de ilusión.

“El arte ha cumplido su sentido, pero ya ha perdido para nosotros su verdad y su vida. No es precisamente arte sino ciencia del arte”. (Hengel)

A partir del siglo XX, la máquina actúa como un factor revolucionario con respecto a las ideas tradicionales del arte, la belleza y la subjetividad existentes en esa época. Hace pocos años surgió la nueva revolución tecnológica, cuya finalidad era el desarrollo convergente de la electrónica y la informática, en otras palabras de la cibernética y los medios de comunicación, cuyas disciplinas abren ante nosotros la perspectiva de una nueva alianza del cerebro y la mano, junto con la intención de incorporar una nueva unión entre las artes y la técnica, abriendo camino a una nueva estética y la desmaterialización de la obra.

George Nees, es quien pertenece a los primeros artistas y teóricos del Arte Digital. Demuestra en sus obras de arte, sus principios por demostrar que la ciencia y el arte debian estar juntos al momento de hacer arte, incluso este mismo no sólo utilizó una nueva creación de la ciencia, que corresponde al computador u ordenador que es el principal soporte de este arte para crear sus obras sino que ella misma está creada bajo un algoritmo matemático.

Con respecto a este punto, me explayo según mi punto de vista según mi percepción del arte actual como diseñadora, creo que es fundamental que la disciplina del arte, esté vinculada a otras disciplinas como lo son la ciencia y la tecnología, incluso con otras más dependiendo del estilo de cada persona al momento de crear, ya que uno al momento de obrar debe hacerlo por inspiración y amor propio del oficio, no por motivos que hayan sido impuesto ni influenciados por el dinero. Volviendo al tema central, encuentro que la suma de disciplinas conforman un arte nuevo y único, ya que lo hacen más completo con un grado de complejidad que evita la imitación del arte. Por medio de la máquina, es posible abarcar a toda clase de personas y lograr una inclusividad mayor sin dejar a nadie la posibilidad de contemplar e enriquecer el espíritu.

II. ¿Es Arte, lo que la Máquina Crea?

Para desarrollar el segundo tema, es necesario esclarecer la definición de arte de la cual está basado el desarrollo del ensayo; proviene del latín ars, es el concepto que engloba todas las creaciones realizadas por el ser humano para expresar una visión sensible acerca del mundo, ya sea real o imaginario. Mediante recursos plásticos, lingüísticos o sonoros, el arte permite expresar ideas, emociones, percepciones y sensaciones.

Es relevante mencionar que muchos críticos han afirmado que el arte no tiene una definición determinada, pero se concuerda que corresponde a la manifestación que cada individuo percibe, en donde todo lo que nos rodea es artístico. También es importante incluir que si una pieza no está expuesta en un museo no implica que no sea arte, eso es solo un tema de mercado, el cual no queremos abordar en este ensayo, lo que se busca plantear es que si el arte mediante la máquina es considerado arte.

En la Edad Media el arte estaba vinculado a la técnica, el cual correspondía a un oficio respetable, luego en la época Renacentista, solamente el arte tiende a vincularse con los científicos, pero a medida que pasa el tiempo se termina conformando dos estilos de arte, la estética y la práctica, hasta que nuevamente la máquina vuelve a incluirse, en otras palabras en la unión de las dos artes mencionadas anteriormente. Pero en el Siglo XIX, surge un problema en donde los románticos, establecieron estos conceptos como enemigos, con el fin de erradicar la técnica industrial, ya que solamente el verdadero arte implicaba la técnica manual y artesanal. Pasando el tiempo, ya en nuestro siglo, este punto de vista es dejado de lado, buscando la integración del arte con otras disciplinas junto con la producción industrial.

Según mi punto de vista, las máquinas si pueden crear arte, como ocurre en el arte algorítmico, en donde la máquina actúa netamente como una herramienta auxiliar, en simples palabras, actúa igual que un pincel pero obviamente más evolucionado, donde dibuja solamente por las coordenadas que el autor indica en el programa o cómo estos elementos que componen la imagen mediante una ordenación lógica proyectan lo que el autor estaba buscando. Por ende este arte si debería ser considerado arte, ya que si es capaz de expresar, aunque se tiene conocimiento de que nadie ajeno al arte puede decir que es arte o no, la situación actual, solo los que conforman las galerías, los críticos de los medios de comunicación, las ferias y los museos.

Esta era o época , por múltiples razones continúa con los elementos progresivos y excesivos de nuestra civilización occidental, se presenta en rápida y constante expansión de sus hallazgos, con una complejidad cada vez mayor y en una diversidad de ofertas, gracias a los medios y la velocidad de la información. Estas herramientas y elementos tecnológicos son fundamentales para el desarrollo del arte digital, y para otras artes modernas. Pero años atrás ,Walter Benjamin, postula la pérdida del aura de las obras de arte al ser reproducidas por medio de la técnica, cuyo tema se plantea dentro de una sociedad capitalista y la cultura de masas.

LLegando entonces a la pérdida del aura de la obra de arte digital, en donde se extingue el sentido y del valor de la unicidad, junto con la autenticidad, en otras palabras, si aquellas propuestas que utilizan las tecnologías digitales como herramientas de creación, difusión y recepción artísticas, puede ser narrada con optimismo si, y sólo si, aceptamos el compromiso político del arte con el objetivo de favorecer su democratización. Cabe destacar que la cultura digital que posibilita este cambio de paradigma estético, pero sobre todo ético y político, en donde el verdadero propulsor para el cambio, fue el contexto social y la conciencia estética de concebir el arte digital como un arte relacional.

"Y con ello, su revitalización. En lugar de "desaparecer", como pretendían algunos apocalípticos, la pintura o la escultura se estarán abriendolas en la actualidad hacia un nuevo estatus: radical, fundamental, de plasmación de las formas visuales. De manera paralela a como la poesía es la célula viva, el laboratorio germinal, de los procesos de creación literaria.En gran proximidad con aquello que Simondon caracterizaba como una pérdida de individuación del obrero que deviene proletario cuando se encuentra privado de sus saber-hacer, apropiados por la máquina, Leroi-Gourhan describe un proceso masivo y nuevo de pérdida de participación estética y simbólica sin precedente histórico, que sobreviene cuando aparecen las tecnologías e industrias cognitivas y culturales (es decir, en la ocurrencia, la informática y lo audiovisual): la pérdida de sensibilidad de aquellos que han devenido consumidores está ligada, como en el caso de pérdida de individuación del obrero, a un déficit de saber, apropiado por las máquinas. Pero aquí, no se trata ya de saber-hacer en el sentido de aquello que constituye a los oficios, sino de saber-vivir, en el sentido de aquello que constituye las existencias. Esta pérdida de individuación estética afecta a los consumidores en general, es decir, a todas las esferas sociales" (Stiegler, B. 2005, 54).

III. ¿Quién es Realmente el Autor, la Máquina o el Hombre?

Parece que al artista actual que se mueve en términos de realización y experimentación no le preocupa tanto la gestión de los derechos de su obra, como la posibilidad de seguir trabajando, de afirmar su existencia como creador, de hecho muchas de sus obras son efímeras.

“Nuestra capacidad para superar la máquina depende de nuestro poder para asimilar la máquina” Lewis Mumford

Es importante destacar que siempre existe un autor al momento de hacer arte, ya que la obra final es el resultado o producto consciente de la habilidad o idea proveniente del hombre, cuyo inicio es contextualizado dentro de una cultura, lugar y tiempo determinado. Pero sin dudas surgen interrogantes como; ¿Quién puede ser el autor?, ¿quien afirma este hecho?, estas y otras preguntas semejantes, nos podría permitir y tratar de hacernos comprender y establecer una idea base para lograr reflexionar sobre el autor como artista y no así, la máquina.

Según mi opinión el autor de estas obras a pesar de las tecnologías, que seguirán surgiendo en un futuro, siempre será el ser humano, ya que la máquina es netamente una herramienta auxiliar que permite desarrollar más allá de la manualidad, pero siempre siguiendo la idea dirigida desde el punto de vista que solo el autor quiere traspasarle ya que esta es solo un acompañante y colaborador en el proceso no es más ni menos que el artista el real autor de las obras. Básicamente se puede realizar una analogía entre la máquina y el pincel, ambas expresan y reflejan lo que el artista está buscando, ya sea por mera coincidencia, por error, o por un acierto al elaborar la obra.

Si bien existen máquinas diseñadas para diseñar de forma autónoma, el cual puede, esta máquina fue creada por el hombre, cuya intención aun así está siendo impuesta, como ocurre en un caso: un hombre con una parálisis cerebral espástica, a pesar de su trastorno, es capaz de crear unas obras de arte impresionantes con su máquina de escribir, lo cual me lleva a cuestionar ¿por qué restringir el conocimiento de nuevos estilos a alguien que está limitado sólo físicamente?

El autor debe ser capaz de reconocerse en su obra y uno como espectador ver al autor reflejado en la obra a pesar de su estilo artístico, ya que no todos son figurativos, otros son más subjetivos. Él es quien toma las decisiones sobre su obra, en relación consigo mismo y a partir de él mismo. En el marco de la autonomía del arte como actividad, y del artista como persona que la realiza con independencia de los mecanismos implementados. Es importante agregar la necesidad o el requerimiento de autenticidad, lo cual actualmente es fundamental para el mercado, por razones completamente relacionadas a la competencia profesional.

Conclusión

A modo reflexión, creo que el arte y sus estéticas conforman un dominio inmerso en el contexto social, y al ser netamente una vividora de esta época tecnológica, soy de la idea de incorporar todo avance tecnológico en las artes con la idea de ir evolucionando junto con estas herramientas y permitir crear nuevos estilos de artes sin desviar el hecho de ser la persona la creadora. Así evitamos la monotonía y encasillamiento del concepto artístico, en el cual se ve involucrado tanto el espectador como el autor.

Es necesario, por tanto, comprender las estructuras, organizaciones y proyectos realizados por otras disciplinas, para así incentivar y entender las prácticas dentro del mundo del arte más evolucionado bajo la premisa de generar un discurso creativo y trascender los límites de la práctica artística tradicional, así mismo permitir no segregar sino al contrario, dar la posibilidad de integrar a las personas con discapacidades para que puedan manifestar su visión del mundo, expresar su sentimientos a través del arte, o incluso su don artístico a través de la máquina.

Referencias

  • Mónica Uribe Flores, (Dic 2005), "El Arte como Ausencia". ALPHA Nº 21 - (219-224).

  • Teresa camps,(2007),"Del Autor y la autoría nota para una aproximación en el arte contemporáneo", Calle 14, Vol:4, N°:1 Pág:6-33.

  • Belén Gache,(Agosto 2004), "Arte y máquinas en el siglo XX."

  • Enrique Hurtado Mendieta,(Dic.2013)"Arte y máquinas", Vol 9 / 103-112 pp.

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