El hombre como ente creativo: el despertar de su sensibilidad intelectual , por Constanza Valdivia

Constanza Valdivia

I La Máquina: una Prolongación del Hombre Inteligente

  1. La manipulación de elementos para la realización de trabajos que las manos por sí mismas no pudieran realizar.

  2. La conciencia intelectual de una necesidad útil y mejorable para un objetivo central.

  3. Generación de metas formales que elevan al hombre como un ser capaz de mejorar sus habilidades e intelecto

*Concepto clave: herramienta

II La Máquina como un Ente Proveedor de Herramientas

  1. La obtención de mejores recursos por medio de herramientas elaboradas en las grandes industrias.

  2. La valoración del hombre como una mente artística capaz de plasmar sus ideas por medio de la ciencia y la técnica.

  3. La ciencia y técnica como una contribución instrumental de superación de cada época por medio de la maquina

*Concepto clave: máquina

III El Retrato de una Realidad en Movimiento

1.La motivación polémica del hombre por conquistar el mundo mecánico

  1. El Futurismo y la necesidad de conquistar la sociedad moderna

  2. La exaltación y júbilo por el movimiento, tiempo, energía y fuerza

2.La motivación moral del hombre como mente creadora

  1. Un ser individual, con poder y fuerza ante la sociedad (sentimiento de orgullo y libertad).

*Concepto clave: hombre- creador

Cuando hablamos del hombre y la máquina, conceptualmente sabemos que nos enfrentamos a dos definiciones de materia distinta: sabemos que el primero se presenta como un “ser”, como un “ente” racional perteneciente a la raza a la humana, un ser caracterizado por su capacidad de pensar por sí mismo, el ser que posee cualidades significativas ante el mundo. El hombre es un ente inteligente, con bases de razón ética y moral capaz de reinventarse y reinventar no sólo su realidad, sino también la realidad que subsiste en su alrededor. El hombre es la raza inteligente capaz de permanecer, mantenerse y conservarse en el tiempo al contrario de lo que sucede con las máquinas: conocidas como elementos físicos dispuestos en la sociedad con un fin directo, un bien que convierte una carencia existente en un mecanismo energizado que busca responder a una necesidad del hombre. Son aparatos dispuestos a producir o generar un ahorro de tiempo ante lo que al hombre no le es posible realizar solo con sus manos.

Así se abre un punto en la historia, un punto que ha acompañado al hombre desde las civilizaciones más antiguas: la necesidad de satisfacer su falta material ante actividades imposibles de realizar solo con sus manos. Esto quiere decir que desde tiempos antiguos el hombre siempre tuvo ese ingenio, esa capacidad imaginativa y también autodidacta de existir e inventar ante una necesidad. El hombre día a día aprende y se las ingenia para resolver lo que se oculta y luego aparece como una respuesta fácil y concreta: “una vida confortable y duradera”.

Este patrón se reconoce desde los inicios de lo que fue el hombre primitivo, el hombre que solo contaba con herramientas naturales: sus brazos, piernas y manos. El hombre primitivo vivía y se realizaba por medio del instinto, sabía que debía alimentarse y poder sobrevivir en medio de la oscuridad, por lo que poco a poco comenzó a descubrir bajo este instinto de sobrevivencia el poder de su fuerza interna, algo así como la energía que le proporcionaba respuestas ante sus necesidades. Desde aquellos tiempos el hombre entendió que necesitaba de “elementos” que le facilitaran la vida, elementos que le permitieran realizar sus actividades de manera minuciosa, concreta y con menos esfuerzo físico. Allí es cuando el hombre debió comprender que sus manos necesitaban ser ágiles y rápidas, necesitaba mejorar su fuerza, multiplicar su agarre y su alcance, extenderse más allá de lo que sus brazos y piernas le permitían. Así no sólo tomó conciencia de que su cuerpo podía extenderse en su forma de utilizar un elemento que le ayudara a ser más eficiente frente a la realización de un trabajo, si no que se dio cuenta poco a poco que aquellos elementos necesitaban de un segundo factor, de aplicaciones mayores de fuerza, en que ya el cuerpo no se involucra como una fuerza de energía, sino que esta vez estos elementos eran los encargados de generar la energía necesaria para aligerar cargas; allí es cuando el hombre se convierte en una especie de “tramoya”, es el ser físico que hace funcionar la energía y velocidad de la máquina. El hombre ya no debía aplicar fuerza desde su interior, ahora el hombre era el encargado de activar el sistema interno de la máquina, su fuerza se tradujo en un conjunto de reglas y principios mecánicos ordenados que contribuyeron a la realización de una determinada tarea. El hombre “tramoya” como el que dirige y hace funcionar la escena de la vida cotidiana.

Entonces es posible decir que el hombre es un ser de conciencia intelectual capaz de distinguir una necesidad útil y mejorable para un objetivo central, un bien común.

Es importante mencionar que las herramientas son y han sido siempre una ayuda para el hombre, si bien con el paso del tiempo y la evolución de este mismo han ido variando en cuanto a su forma, diseño, tamaño y calidad, las herramientas siguen siendo un hito importante dentro de la vida diaria para el trabajo del hombre. Tanto las herramientas como las máquinas cumplen un importante rol dentro de la historia de la humanidad, el desarrollo y evolución de las industrias son una muestra importante de la capacidad del hombre de generar metas formales (metas que tal vez en su tiempo no eran conscientes) que le permiten reconocerse como un capaz de mejorar sus habilidades e intelecto con el uso pleno de sus sentidos y facultades.

Si bien el hombre ideó primero la herramienta ante que la máquina, existió un momento en la historia en que una de ellas superó en posibilidades a la otra y el hombre aprendió que podía obtener mayor cantidad de herramientas en base a la utilización de la maquina: esta dio paso a la producción en serie de las herramientas. Con ello es posible abarcar el gran cambio que se generó en la vida del hombre ante la sencillez del esfuerzo que este debía imprimir ante una máquina: su movimiento o gesto ahora era traducible con la mínima ejercían de fuerza del dedo, la mano o el pie frente a la máquina.

Ahora el hombre reconocía a la máquina como un elemento que le permitía obtener mejores recursos para su vida diaria, en la elaboración y producción en serie de las herramientas necesarias. Así las máquinas se reconocen como aparatos poderosos calculados en su fuerza-peso y resistencia, obteniendo un resultado real, mejorando de alguna forma el error de precisión que tiempo atrás le imposibilitaba al hombre avanzar. La máquina logra valor al hombre como una mente artística- imaginativa y maravillosa: el hombre logra su máximo esplendor al reconocer la fuerza de la naturaleza como componente beneficioso de su vida; el hombre es capaz de transformar, modificar y transmitir esta fuerza como una oportunidad conveniente en cuanto a la disminución de sus movimientos y mejoras de su vida.

La importancia de las máquinas en la historia del hombre es indiscutible, le ha traído una cantidad inmensa de mejoras, ha sido posible aumentar y acelerar una línea de producción, perfeccionan los resultados y ahorrar esfuerzos innecesarios. Con la utilización de la máquina el hombre se ha convertido en el dueño de la producción y no solo le ha permitido extender sus extremidades y facilitar sus necesidades, sino también le ha sido posible ganar mundo abriendo caminos y fronteras que tiempo atrás en la historia de su evolución no le era posible conquistar. La máquina han puesto en circulación lo que era desconocido en otras partes, así como también han mejorado lo existente y han permitido que lo que antes se conocía como lo asequible ahora sea alcanzable como un bien común.

Anteriormente se nombra al hombre como un ser de mente artística capaz de plasmar sus ideas en elementos visibles-físicos que le convierten en un ser creativo-activo, sabemos de su capacidad de crear, pero debemos ser conscientes de la existencia de dos conceptos claves para lo que hace reconocible la forma de entender y enfrentar las nuevas tecnologías de cada época: la ciencia y la técnica.

Hoy en día es posible distinguir lo esencial y contribuyente que puede ser la producción en serie: mayor frecuencia y mayor extensión. ¿Qué es lo que entendemos como técnica? Entendemos la técnica como un procedimiento mental o una habilidad de procedimientos para realizar un fin relacionado a toda actividad referente a conocimientos específicos que se tenga referente a un oficio o arte, es la forma en que el hombre lleva su conocimiento a la práctica con buena habilidad-método y táctica. La técnica ha acompañado a la evolución del hombre desde sus orígenes más remotos. Con ello cobra sentido el desarrollo de diversas técnicas como la agricultura, que le permitieron al hombre hacer su camino desde el ser nómade al ser sedentario posibilitando la subsistencia de sus viviendas y el aumento de la población. Así se ha ido produciendo un proceso interactivo entre necesidades e inventos, esto le agrega valor inteligencia e intelecto al hombre al ser capaz de generar una respuesta positiva ante las diversas situaciones críticas que se le han ido formulando en el paso del tiempo, esto refiriéndonos a la capacidad de enfrentar las adversidades únicas que cada época ha presentado, como la necesidad de evolucionar a una determinada velocidad para poder elaborar mejores herramientas y materiales, obtener mejores avances en cuanto a la tecnología.

La técnica entrega al hombre la posibilidad de multiplicar sus alcances físicos, explotar en mayor medida los recursos naturales y liberar tiempo para desarrollar su inteligencia y creatividad. Hablar de sus alcances físicos gracias a la técnica es hablar también de la existencia de una limitación pasada basada en la naturaleza del mismo cuerpo (cuando hombre comprendió la importancia de la extensión de su mano como herramienta útil), estas limitaciones consiguientemente fueron reemplazadas por la creación e ideación de las herramientas y máquinas que facilitaron y estimularon, como ya se había nombrado anteriormente, la comunicación no solo interpersonal, sino también la comunicación global, el aprendizaje y la recopilación y transmisión de conocimiento entre generaciones y épocas del nuevo mundo. Cuando la técnica “artesanal” se vio obligada a ser adaptada a requerimientos más complejos es cuando el hombre comprende a la ciencia como parte importante de su desarrollo creciente para el aumento su capacidad para transformar su conocimiento y distribuirlo de la mejor forma posible bajo las leyes de la disciplina.[1]

Así fue oportuno el tiempo de la revolución industrial, en que el hombre abrió nuevos horizontes, exploró lo que se hallaba oculto y se internó en el espacio habitable, prolongando la vida humana implementando mejoras a largo plazo. Con la revolución industrial el hombre transfiere a las máquinas y a los sistemas automáticos la mayor parte del esfuerzo que debía realizar: ocurren mejoras en la producción-desarrollo y reducción de trabajo.[2]

La ciencia desde los tiempo industriales y los tiempos de los avances tecnológicos vislumbrar el conocimiento ordenado y metódico con que la sensibilidad intelectual del hombre se ha ido transformando a base de prueba y error de sus variadas implementaciones, es la misma capacidad e intención interna del hombre de alcanzar y crecer, probando y experimentando volviéndose cada vez más seguro del conocimiento sabiendo que nuevas tecnologías o energías naturales puede aprovechar como un buen uso del saber de la época en movimiento en que se desarrolla el mundo y sociedad.

Tanto ciencia como técnica se han ido convirtiendo en la especialización de una habilidad del hombre, contribuyendo a la facilitación frente a resolver un problema y superar una necesidad de época en que se sustenta la cultura y se organiza de forma apropiada el uso social de este nuevo bien. Es la capacidad de utilizar esta intención de mejorar una necesidad en la transformación de las condiciones de vida, permitiendo la igualdad y el aumento de productividad de la sociedad por medio de nuevas tareas y actividades, dando pie a la innovación tecnológica.

Con lo anterior podemos divisar la forma natural como se registra o retrata una realidad en movimiento, en base a la transformación e innovación de las nuevas tecnologías. Desde tiempos inmemorables el hombre ha dejado huella de su paso por el mundo, un testimonio rico en historia e intención humana de nombrar o detallar aquello que en ese momento engrandece y transforma la historia del mundo. El hombre primitivo pintaba en las paredes de las cuevas, registrando lo que en aquel entonces la palabra no podía nombrar pero si lo que una línea, un simple gesto de esta misma buscaba imprimir lo que se vivía y enfrentaba. Luego de que el hombre descubrió el nuevo mundo se aventuró en la creación de la palabra, en la palabra física: el lenguaje que conecta el mundo y la cultura, descubrió el papel y su propia capacidad de adueñarse frente a un material natural transformándolo en una materia prima imprescindible hasta los tiempos modernos.

Cada vez el hombre busca su forma artística-plástica de retratar la nueva tecnología, siempre existe una motivación inconsciente de este registro para la posterior generación moderna. Una forma popular de registro siempre ha sido por medio del arte, como ya se mencionó en el párrafo anterior desde el hombre primitivo hasta los tiempos de hoy, el arte sigue siendo el registro popular de la sociedad. Las vanguardias artísticas fomentan la visión del mundo por medio del arte.

Una vanguardia importante de mencionar como una motivación polémica del hombre por la sociedad del principio del siglo XX es el Futurismo, en que se presenta un cambio y oposición a la mentalidad del pasado, no solo se transformó el pensamiento cultural, sino que también hubo una fuerte idealización del hombre como ente creativo y poderoso frente a las máquinas, una magnificación de las virtudes y características de lo que la mente del hombre moderno podría realizar mediante la técnica y la ciencia. El futurismo se proclamaba como un movimiento de rechazo total al pasado y a la tradición, buscaban promover un arte puro y limpio enfocado únicamente en él la mirada del futuro. El futurismo destaca dentro de las demás vanguardias porque es la primera en promover a la máquina como una magnificencia poderosa, le alaban y adoran, la definen como el retrato puro de la sociedad y de la realidad en movimiento evitando la estética tradicional siempre buscando exaltar la originalidad de la máquina y el movimiento. Para el Futurismo era importante reivindicar únicamente el futuro, cargado de los procesos maravillosos de la mecánica que para ese entonces ya se pensaba que lograría triunfar como la emancipación del hombre que se disponía y reconocía como un ser moderno que no tenía miedo de enfrentarse al nuevo mundo industrial y tecnología que se imponía en el año 1900.[3]

Los artistas del Futurismo buscan plasmar en sus obras un mundo sumergido en el movimiento y el dinamismo, es un reflejo del latido de la sociedad urbana, la que no se detiene y crece a un tiempo y velocidad vertiginosa. La ciudad es el centro de sus temáticas, el lienzo donde la máquina se identifica, se inspiran en ella y promueven la insistencia sobre un universo mecánico de la nueva sociedad industrial. Observan la máquina como la exaltación máxima de la capacidad creativa del hombre, la virtud de transformar un pensamiento en una realidad física y poderosa. Al hombre futurista le gusta el poder que la máquina le brinda, el poder con que ruge un motor o la propia capacidad de sobrepasar sus límites naturales; el hombre futurista se ve embelesado por el movimiento, el tiempo, la energía y la fuerza con que el cuerpo se pierde en la máquina.

Todo este fenómeno de júbilo por la velocidad radica en un hito importante dado en ese tiempo: las primeras experiencias de vuelo aéreo. El avión le hacía sentir al hombre futurista como un dios de los cielos, era llegar más allá de sus capacidades, poder sobrevolar la ciudad le hacía sentirse dueño del tiempo, era como si se transformaran sus extremidades en las alas del mismo avión, ya no era un ser bípedo, era un ser aéreo con vista de pájaro. El hombre poderoso y metafísico capaz de abolir desde los aires los límites del tiempo y espacio, lejano y cercano, recordado y esperado, casi como una expresión mística del sueño y de las aspiraciones ocultas.**[4]**

Comprendiendo con ello la existencia de una admiración del hombre como un ser creativo, podemos decir que siempre ha estado latente esa motivación moral del hombre de ser nombrado y alcanzado como un ser creador poderoso en la tierra, como un ser emancipado en la sociedad moderna del mundo mecánico y tecnológico. Un ser individual que propaga su creatividad en el sentimiento de orgullo y libertad, un tipo de poder y fuerza que hasta este momento de la historia no ha dejado de ser el mismo de años atrás.

El hombre moderno admira el presente y promueve la vista al frente hacia el futuro, se adapta al nuevo mundo y promueve la insistencia e intención de mejorarse a sí mismo día tras día bajo la ley austera de la técnica y la ciencia, conviertiendo estos importamtes factores en la mayor historia transferible enrtre futuras generaciones.

Referencias

Otras referencias:

http://www.arte-argomenti.org/manifesti/aeropittura.htm http://www.rac.es/ficheros/doc/00343.pdf

Libro "Futurismo: Movimientos en el Arte Moderno" (Serie Tate Gallery),Richard Humphreys.

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