La máquina como obra maestra, por Agustina Fernandez

Agustina Fernández Cornide

Campo de investigación

  1. Qué entendemos por obra maestra en la máquina

  2. ¿Cómo es el proceso de pensar en un funcionamiento perfecto y una estética exacta?

  3. Inteligencia artificial: las máquinas piensan

  4. Extensión de los sentidos del ser humano a través de la máquina que adoptan sensibilidad

  5. La máquina autónoma

  6. Leonardo Da Vinci como patrón de las obras maestras y Strandbeest de Theo Jansen como ejemplo

Introducción

El diseño de las máquinas está orientado a la realización de trabajo, a través del funcionamiento de una serie de elementos y/o mecanismos. Según Cardona(2001) “Una máquina es un conjunto de elementos móviles y fijos cuyo funcionamiento posibilita aprovechar, dirigir, regular o transformar energía, o realizar un trabajo con un fin determinado”, movimiento que se alimenta de energía aportada por el ser humano o por alguna externa a éste.

Como diseñadores, estamos vinculados totalmente al arte, nos interesa la estética del objeto que creamos y es ahí cuando encontramos la ecuación perfecta de la obra, entre la creatividad artística y la innovación científica. La máquina ha podido desempeñar una función estética y tiene la capacidad de modificar nuestra relación con lo sensible, abriendo la tecnología a una comprensión crítica.

El siguiente ensayo se orienta al estudio de máquinas que sean independientes a la intervención del ser humano, en lo relativo a la energía inicial que permite el movimiento, es decir, se trata de máquinas que puedan funcionar de forma independiente, sin la supervisión del humano, pero desde una propuesta estética. Al mismo tiempo, también busca responder a las grandes interrogantes que tienen los humanos sobre la “máquina perfecta” e intenta entender un poco más acerca de la parte funcional, ligado a los últimos desarrollos de la inteligencia artificial: cómo fueron evolucionando a través del tiempo, qué es lo que nos espera a nosotros y a la máquina como extensión de los sentidos en un futuro cercano. Esta extensión es un proceso donde nace una sensibilidad, una visión de belleza en los objetos y una preocupación estética como complemento de la máquina.

Desarrollo

En la rama de la arquitectura moderna en Europa, después de la Primera Guerra Mundial, surgió una nueva idea de modernidad en la arquitectura, donde algunos autores se plantearon el rompimiento con el sentido artístico de la arquitectura y consideraron que su principal premisa era el cumplimiento de las necesidades materiales de la sociedad. La adopción del principio de que los requerimientos funcionales determinarán el resultado: la forma sigue a la función; otros consideraron que la arquitectura debía convertirse en arte cuando se encuentra la forma más bella entre las posibles soluciones funcionales, adopción de la estética de la máquina, como consecuencia de lo anterior. (Rodríguez M. 2001)

Considerando que estas teorías difieren respecto de dónde debe ponerse el énfasis a la hora de diseñar, es decir, que no se comparte cuál es el factor debe llevarse el mayor peso de importancia relativa a la hora de realizar el diseño industrial de una máquina, entre lo funcional con lo estético, se tomará como concepto de análisis a la inteligencia artificial, para determinar si es posible ayudar a dilucidar esta controversia.

Para entender la parte más técnica, se necesita entender de qué trata la inteligencia artificial. Nace en 1956 tras años de estudio y se puede definir de diferentes maneras según variados artistas:

En el libro “Inteligencia Artificial, un enfoque moderno” de los autores Stuart Russel y Peter Norvig (2004), se señala que en un enfoque moderno diferencian entre aquellos aspectos de la ciencia que se orientan a los procesos mentales y los que se vinculan al razonamiento para evocar a la conducta. Separan además, las acepciones que se desarrollan en función de la eficiencia humana y aquellas donde la racionalidad juega un rol importante.

Se puede entender entonces, que los científicos se han dividido en cuatro grandes enfoques referidos al PENSAR o ACTUAR de las máquinas. En primer término están los que creen que la inteligencia artificial puede entenderse como sistemas que PIENSAN como humanos: “La interesante tarea de lograr que las computadoras piensen (…) máquinas con mente, en su amplio sentido literal” (Haugeland, J, 1985). Por otra parte, se encuentran aquellos los que entienden la ciencia como sistemas que PIENSAN RACIONALMENTE: “el estudio de los cálculos que permiten percibir, razonar y actuar” (Winston, P H, 1992). De esta forma también hay quienes creen que la inteligencia artificial puede definirse como sistemas que ACTÚAN como humanos: “el arte de crear máquinas con capacidad de realizar funciones que realizadas por personas requieren de inteligencia” (Kurzweil, 1990). Por último, en cuarto lugar están los que creen que son sistemas que ACTÚAN RACIONALMENTE: La rama de la ciencia de la computación que se ocupa de la automatización de la conducta inteligente.

Para que las máquinas puedan imitar la mente humana, es necesario entender previamente cómo se comporta el pensamiento humano. Según Russel y Norvig, el primero en proponer un pensamiento racional fue el filósofo griego Aristóteles. Él intentó inducir un tipo de pensamiento “correcto” e irrefutable. Si bien esto es algo complejo, no resulta tan complejo para los humanos a al momento de desarrollar premisas, principalmente para poder tomar determinadas decisiones.

Por otra parte, organismos públicos de inteligencia norteamericanos han desarrollado programas que vinculan la inteligencia artificial con las diferentes facultades mentales de los humanos. de esta forma a través de equipos de trabajo con neurólogos y científicos informáticos investigan de que forma el cerebro puede realizar ciertas formas de identificación visual, para así intentar replicar estos comportamientos hacia máquinas que puedan lograr realizar lo mismo. En este sentido, Jacob Vogelstein, director del programa de la Inteligencia Avanzada de Proyectos de Investigación (IARPA) señala que: “Aprendizaje de las máquinas de hoy no sobresalen en donde los seres humanos (…). Queremos revolucionar el aprendizaje de la máquina por la ingeniería inversa de los algoritmos y cálculos del cerebro” (New Joshua, 2016).

El cerebro de los seres humanos, además de desarrollar la creatividad, se puede adaptar a los cambios que hay en el entorno, y permitirle al individuo reaccionar frente a lo que se le pueda presentar.

El hombre de estos tiempos se ha visto acosado por los nuevos avances de la tecnología que se presentan día a día. Nuevas máquinas que trabajan mediante procesos cada vez más complicados y que logran realizar trabajos semejantes y hasta imposibles para el hombre. El desarrollo de éstas ha ido permitiendo una mayor interacción entre estos dos seres (hombre-máquina), a tal punto que es posible pensar que en el futuro uno o ambos lleguen a ser igual o mejor que el otro, en el sentido de igualar procesos por los cuales cada uno se diferencia. De allí se plantea la interrogante: ¿Qué es lo más próximo a ocurrir? ¿Máquinas que alcancen una inteligencia mayor a la del ser humano?

El cerebro humano al ser muy desarrollado, es capaz de resolver y tomar decisiones que otras especies no pueden. Se cree que en algún tiempo más, los científicos van a poder imitar inteligencia del ser humano en máquinas que se comportarán e incluso pensarán como los humanos. Estos “robots” podrían alcanzar un nivel de inteligencia mayor, obedeciendo y reaccionando a situaciones complejas.

El objetivo es que las máquinas tengan la capacidad de sentir, saber y pensar como los humanos, mediante la inteligencia artificial. A esto le llamaríamos máquinas autónomas. Desde ahí surge la pregunta que nos planteamos: ¿Cómo reaccionaríamos ante una máquina autónoma que interactúa y reacciona? ¿Las máquinas serían una nueva naturaleza?

A pesar de que la máquina es creada por una razón funcional, ya sea para ayudar o reemplazar algunas tareas humanas, en el arte contemporáneo nace la importancia por la estética de las máquinas y más adelante se busca la función de la máquina incorporando el arte como un proceso complementario. Las máquinas cinéticas funcionan, se mueven a partir de mecanismos y tecnología, o simplemente por factores de la naturaleza, pero hay una importancia artística y es fundamental para entender esta ecuación que se busca en una máquina como escultura.

En las máquinas se busca el movimiento autónomo, que puedan funcionar independientemente sin la supervisión del humano, desde una propuesta estética. Cuando se encuentra un concepto complejo con una estética exacta, el resultado no es más que una OBRA MAESTRA.

Uno de los ejemplos de obra maestra serían los Strandbeest, del artista cinético e ingeniero Theo Jansen. Los strandbeest son esculturas cinéticas eólicas fabricadas con tubos de PVC (policloruro de vinilo, C2H3Cl) inspirados en la naturaleza. La serie de esculturas cinéticas “Strandbeest”, nacen como consecuencia de la mente inquieta de este ingeniero que busca calcular el progreso de la movilidad y de un artista que desea esculpir el aire y darle una forma. Proyecto que le ha proporcionado un reconocimiento a nivel internacional.

“Toda esta búsqueda y juegos lleva más tiempo que la técnica de trabajo de los ingenieros. El método de trabajo de los ingenieros es comparable con una autopista. Te lleva donde quieres ir rápidamente y todo el mundo circula en la misma dirección. En el método del artista la dirección no está decidida. Posiblemente nunca llegues al destino, en el estricto sentido de la palabra, pero seguramente llegarás a lugares donde nadie había estado jamás.”

Pero como fundador principal de este concepto de obra maestra se encuentra Leonardo Da Vinci, donde a partir del estudio de técnicas, pensamientos y obras, consigue además de entenderlas y dominarlas, crear un pensamiento propio y complejo no sólo enfocándose en lo nombrado, sino que también observando lo que nos rodea, estudiando movimientos y la relación que esto aporta a otros proyectos. Paralelamente Jansen, que en la actualidad es comparado con Leonardo, producto que sus obras mezclan arte, ciencia y tecnología, afirma que se basó en números y proporciones naturales que dan armonía y movimiento eficiente en sus esculturas cinéticas.

Leonardo promovía a los artistas a pintar desde lo natural. De la misma forma que si sólo te centras en un punto de vista o técnica, estás a la vez limitando ese trabajo ya sea física o mentalmente. De esa limitación física habla Leonardo diciendo que únicamente con los cinco sentidos es cuando abasteces el alma y que los límites del arte están en la mente. Al igual que Leonardo, Jansen también asegura que “las barreras entre el arte y la ingeniería existen sólo en nuestra mente”. Se podría entonces, relacionar un paralelismo con las célebres palabras de Oscar Wilde: “El arte no imita a la naturaleza. La naturaleza imita al arte”. El concepto es parecido, una obra de arte tiene la capacidad de modificar y crear puntos de vista, incluso en aquellos planos donde todo parece tan claro, tan indiscutible.

Jansen a partir de estudios de animales, similar a Leonardo, estudió los músculos en movimiento, cómo se contraen, dilatan y adaptan en diferentes situaciones, aplicándolo más tarde a sus “bestias de playa”.

Como diseñadores, estamos vinculados totalmente al arte, nos interesa la estética del objeto que creamos y es ahí cuando encontramos la ecuación perfecta de la obra, entre la creatividad artística y la innovación científica. A través de lo funcional. A partir del diseño y sus intereses, nace la obra maestra, una importancia por una belleza estética y funcional.

El sistema ser humano-máquina define las técnicas, describe la interacción entre los artesanos y los artefactos e incluye acciones estratégicas, corporales o gestos técnicos.

Es difícil hablar de la parte funcional y sensorial de las máquinas al mismo tiempo, pues se puede ver que son cosas diferentes, pero al mismo tiempo se visualiza que juntas, crean una obra de arte. Es un vínculo entre aquello que es objetivo y lo relativo a lo subjetivo, y que en definitiva, es una forma de expresión. El arte es el causante, ya que es el que crea un nuevo lenguaje en los objetos y da cabida a la libre opinión. Gracias a la parte artística, la tecnología se libera del absurdo de su utilidad.

Conclusión

Se plantea en cuanto a la máquina que:

  • Una tecnología es cada vez más sensorial, con capacidades táctiles, visuales y auditivas.

  • Un mundo donde las máquinas son inteligentes.

Krzanich, empresario estadounidense afirmó que: "los dispositivos tecnológicos no solo son cada vez más inteligentes y conectados, sino que están adquiriendo capacidad sensorial y convirtiéndose en una extensión de nosotros mismos (…) Queremos que nuestros dispositivos se comporten más como humanos, que nos escuchen”.

Las máquinas hoy en día además de ser funcionales, son inteligentes, y las capacidades sensoriales que han adaptado estas como el tacto, el oído y y la vista, son las que han logrado acercarse, avanzar y ser una extensión de los seres humanos, y se ha logrado tener una nueva visión y sensibilidad hacia las máquinas, dando cabida a la parte artística, a la importancia por lo estético. Por lo tanto el diseño ha logrado insertar y vincular estas dos aristas no solo como concepto de máquina, sino que como máquina perfecta. El poder aunar lo funcional a través de mecanismos y movimiento, y lo artístico a través del arte cinético, crea un complemento y logra asombrar al espectador, que es lo que busca la obra maestra.

Es por esto que los artistas cinéticos han avanzado, gracias a que han adoptado características de ingenieros o científicos y viceversa, por lo tanto para lograr hacer una obra maestra es necesario que el diseñador tenga una visión y un estudio más integral.

Previo a la llegada de la revolución industrial, mayoritariamente el diseño era pensado tan solo en ornamentar y adornar, debido al concepto que se tenía del vacío, lo que luego fue girando hacia un énfasis en la funcionalidad, usabilidad y praxis. Se pasa de una dedicación al mensaje y comunicación, llena de significados y contextos internos, a una visión racionalista enfocada en la técnica, disciplina y oficio.

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Referencias

  1. Cardona Foix, S; Clos Costa, D. . (2001). Teoría de Máquinas. Barcelona: Universidad Politécnica de Cataluña.

  2. EFE San Francisco EEUU. (2015). Intel dice que la tecnología será cada vez más sensorial y una extensión de los usuarios. 2016, de Agencia EFE Sitio web: http://www.efe.com/efe/america/tecnologia/intel-dice-que-la-tecnologia-sera-cada-vez-mas-sensorial-y-una-extension-de-los-usuarios/20000036-2691046

  3. Haugeland, J. (1985). Artificial Intelligence, The very idea. Cambridge: MIT Press.

  4. Kurzweil C. (1990). The age of intelligent machines. Cambridge: MIT Press.

  5. New Joshua. (2016). 5 Q’s For Dr. Jacob Vogelstein, Program Manager at IARPA. 2016, de Center for data Innovation Sitio web: https://www.datainnovation.org/2016/05/5-qs-for-dr-jacob-vogelstein-program-manager-at-iarpa/

  6. Rodriguez M. (2001). Introducción a la Arquitectura en México. Ciudad de México: LIMUSA.

  7. Russel, S. Norvig P.. (2004). Inteligencia Artificial, un enfoque moderno. Madrid: Pearson, Prentice hall Hispanoamérica.

  8. Winston, P.H.. (1992). Artificial Intelligence. Reading: Addison-Wesley.

  9. Donald A. Norman.(2010). El diseño de los objetos del futuro. EEUU: Grupo Planeta (GBS).

  10. Theo Jansen .(1990). The Dream Machine of Theo Jansen. Taschen

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