La Inutilidad Útil, por María Jesus Oliva

María Jesus Oliva

Este ensayo trata de comprender como se comporta nuestra sociedad hoy en día ante la máquina, y como se da la relación entre ella y el humano.

Hoy en día vivimos en un mundo que ha sido traspasado por las nuevas tecnologías, cada día vemos como la máquina esta presente la mayor parte de nuestro día a día, la mayoría con el fin de hacer nuestra vida más fácil, pero esto conlleva varias consecuencias, como el desplazamiento de lo manual, el juego que existe entre el comercio y el consumidor, etc. En este último punto hago una pausa, pues nuestra sociedad se ha vuelto muy consumista de cosas innecesarias, pareciendo ser nuestra única preocupación, esto nos lleva a una deshumanización ya que perdemos el sentido de las cosas, ya no hay una preocupación por la esencia de lo humano, si no por el tener, algo vacío que no nos lleva a una libertad como lo hace por ejemplo el arte, que abre un espacio al ocio; por otro lado esta el mercado que nos bombardea con nuevos productos permanentemente, muchas veces inútiles o mejor dicho innecesarios. Entonces ¿será que nos estamos volviendo una sociedad mecanizada? ¿Humanos mecanizados? Dicho esto planteo que el causante del problema somos nosotros y no la máquina, pues nos estamos dejando llevar por lo que quieren que hagamos haciéndonos perder el interés de las cosas mas simples, cosas que nos parecen inútiles pero que allí es donde se encuentra lo humano.

¿cómo se comporta la máquina ante nosotros? ¿Cuál es su propósito? ¿Como podemos llevar esta esencia a la máquina?

La máquina como objeto inútil

A mediados del siglo XX, Bruno Munari empieza a jugar a hacer variaciones de una pequeña obra que llamaba la máquina inútil. Estas piezas estaban compuestas por unos recortes de cartón pintado por las dos caras, utilizadas según él para pintar el revés de los cuadros, con unas varillas de madera, unos trozos de hilo y una bola de vidrio que servía de contrapeso. Estas máquinas las daba de regalo a sus amigos, pero no adquirían un valor tan alto, siendo ocupadas como decoración de la pieza de sus hijos. Pero ¿qué aspiraciones podía tener aquella obra? si básicamente eran figuras geométricas que giraban sobre sí mismas, algo aparentemente inservible, por consiguiente se puede concluir que la inutilidad roza con lo absurdo. Pero si uno se detiene la inutilidad de estas máquinas no es tan así, todo depende como se entienda lo que significa inútil; se podría decir que toda cosa tiene un propósito y si este no logra cumplirlo la cosa se volvería inútil, es decir, contradecir el destino esencial de la propia cosa se presenta como una garantía de la inutilidad de ocuparla. Según esto se puede concluir que se desvirtúa el sentido de la obra cuando se desvirtúa su destino, entonces si observamos la obra de Munari y la utilidad que le otorga, la cual es mover unos cartones con el viento, lo cual funciona; o sea las obras son útiles en cuanto a su utilidad propuesta.

Munari habla sobre la construcción de estas máquinas inútiles en el manifiesto del maquinismo que desarrolló, en el plantea que todo artista debe comprender el lenguaje de las máquinas y conocer su anatomía para crear obras de arte.

¿Cómo se da la estética de la máquina en relación a la inutilidad?

Jean Tinguely fue otro gran exponente de este tipo de máquinas, la ocupó como medio de expresión, estas eran construidas con objetos sin una relación aparente entre ellos, y su único fin pasaba de adquirir movimiento, sonido, formar alguna figura, entre otras cosas. Estos son aspectos que uno puede pensar para qué sirven, de qué sirve hacer una máquina que sólo hace que un martillo choque contra algo y produzca un sonido. Pero la forma en que Tinguely trabajaba sus obras hablaban mucho de lo absurdo, llegando a ser delirante, podía crear un encuentro fortuito entre una máquina de coser y un paraguas; obras que se autodestruían, obras que producían un quiebre en el tiempo y que quedan solo en la memoria.

"La máquina, que es para mí de todos modos una herramienta que me permite ser poético. Si respetas la máquina, si rentez en la máquina de juego, tal vez tenemos la oportunidad de hacer un fabricante feliz, es decir, alegre, libre quiero decir, que sería una oportunidad maravillosa." Jean Tinguely (1959)

Si se lleva esta manera de expresión de la inutilidad al diseño podemos pensar en que éste vendría a ser el creador de los aspectos inútiles que tiene un objeto o una máquina, y entonces qué es lo que hace que este produzca un cambio radical en la cosa, porque estamos hablando sobre formas aparentemente sin sentido, absurdas. Un objeto de utilidad perfecta podría llegar a la desaparición del propio objeto, por ejemplo los zapatos viejos, si uno se probara muchos de distintas personas se puede sentir como se ha ido construyendo la forma del pie del dueño de aquel zapato, haciendo que calce perfectamente sólo en esa persona, volviéndose imperceptible al contacto del pie ¿Se podrá hablar de una inutilidad perfecta? Pero en el caso de la otra persona lo encontraría incómodo. Por consiguiente se podría llegar a pensar que la incomodidad es una forma de expresar que las cosas se noten. Una vez leí que una buena obra de arte era aquella que incomodaba, lo que me hace más sentido, pues el propósito de ella es hacerse presente y marcar algo, quizás esta marca equivale a un breve momento de la persona que la observe pero esta quedará en su retina, en su memoria, ocupando un mayor tiempo en su cabeza.

Volviendo al diseño, se podría pensar que este hace visible lo humano, saliéndonos de un diseño racional a uno que tiene que ver más con la manera de hacer las cosas, con la interpretación más sensible de un problema más concreto. Se ve al humano como algo más que un “ser de las necesidades”, por ello el diseño no va por un camino de solucionar las cosas racionalmente sino que

¿Y por qué lo inútil traería lo humano al objeto/ máquina?

En los fragmentos de “Con el corazón en la mano” de Baudelaire anota un pensamiento en el que se trasluce de manera vigorosa su rechazo al utilitarismo:

“Ser un hombre útil me ha aparecido siempre como algo en verdad espantoso” (VI, pag. 60). Para el poeta es signo evidente del contemporáneo 'envilecimiento de los corazones' ver que los jóvenes corren hacia el comercio con el único objetivo de ganar dinero.” “Cuando esto ocurra, el hijo huirá de su familia, pero no a los dieciocho años, sino a los doce, emancipado por su precocidad glotona: la abandonará no en busca de aventuras heróicas, no para liberar a una belleza prisionera de lo alto de una torre, no para inmortalizar una buhardilla con pensamientos sublimes, sino para fundar un comercio, para enriquecerse, y para hacerle la competencia a su infame papá” (XV, pag 35). Un mundo, este del utilitarismo y el beneficio, en el cual es difícil que la poesía y la intimidad puedan encontrar un espacio: “Gracias a los progresos de estos días, de tus entrañas ya sólo te quedarán las vísceras!” (XV, p.36)

¿Qué cosas nos mantienen enteramente vivos? ¿Qué nos hace ser felices? Nada parece ser más esencial para el humano que las actividades que parecen absolutamente gratuititas.

“Muchas veces el empeño que los hombres ponen en actividades que parecen absolutamente gratuitas, sin otro fin que el entretenimiento o la satisfacción de resolver un problema difícil, resulta ser esencial en un ámbito que nadie había previsto, con consecuencias de largo alcance. Esto es tan cierto para la poesía y el arte como lo es para la ciencia y la tecnología” Italo Calvino

Por esto puedo decir que los aspectos inútiles que puede presentar una máquina son los que la humaniza. Pero surge la pregunta de cómo puede construirse un equilibrio entre la máquina y el hombre, ya que este ha dejado ser desplazado por ella, cómo encontramos ese espacio de ocio en ella. El arte da una respuesta a ello, existen corrientes de arte digital que construyen una relación entre la máquina y el humano, siendo su punto de encuentro: el lenguaje, el lenguaje de las máquinas se compone a través de ceros y unos, sistema binario, por ello para hacerlo más manipulable se crearon otros sub-lenguajes a partir de cómo opera la máquina y como nos comunicamos nosotros, que es más simbólico. Si manejáramos estos sistemas de comunicación nosotros seríamos capaces de abrir campos para actuar sobre lo que nos rodea, sobre nuestra realidad, dejándonos de dominar por el sistema capitalista en el que estamos inmersos. En donde la máquina deja de sólo solucionar las necesidades básicas y se pone a la disposición nuestra realmente.

Referencias

  • "Con el corazón en la mano", Charles Baudelaire

  • "Colección de Arena", Italo Calvino

  • "Manifiesto del Maquinismo", Bruno Munari

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