Arte Cinético, por Javiera Martínez

Javiera Martínez

Alexander Calder: una introducción a su obra.

Alexander Calder es un artista estadounidense nacido en Filadelfia el año 1898, en el seno de una familia que podríamos denominar artística, con un abuelo y un padre reconocidos por su trabajo en esculturas y una madre pintora. Desde los 8 años que se dedicó a formar su taller donde producía juguetes para él y su hermana. De esta forma es que su inquietud creativa se fue desarrollando desde temprana edad y su contexto propició las condiciones para que pudiera producir con total libertad.

Al observar el grueso de la obra de Alexander Calder nos encontramos con la intrigante sorpresa que el contexto social en el cual desarrolla su obra parece no afectar ni los propósitos, su desarrollo ni su evolución. Sin embargo, Calder toca la fibra común de la sociedad occidental, nuestra fibra común, y de esta manera es capaz de hacernos rememorar y nos muestra a través de la supuesta simpleza de sus obras, un universo de movimientos inspirados en la naturaleza que parecen ser estallidos de energía que van transformándose en formas, colores, movimientos y texturas reconocibles para el inconsciente colectivo de nuestra sociedad.

En ese sentido nos encontramos con que a través de sus “objetos” como gustaba llamarle a sus obras, efectivamente logra capturar y hace patente lo más trascendente de nuestra naturaleza humana que se encuentra en nuestra relación con el entorno en que nos vemos inmersos.

Influencias

Como ya se ha mencionado, los primeros pasos de Calder han sido acompañados por la influencia del arte en su vida puesto que su padre era escultor y su madre pintora. Sin embargo, desde muy pequeño estuvo interesado en los mecanismos e invertía gran parte de su tiempo en su estudio que desarrollo a temprana edad, es este interés por los mecanismos lo que lo lleva a ingresar a la escuela de ingeniería mecánica de New Jersey.

Una vez egresado de ingeniería mecánica se introduce en la escena artística francesa donde comienza a desarrollar una fuerte obsesión por el circo, la cual nunca abandonará. Paralelo a esto Crea "El Cirque Calder" y comienza a desarrollar portarretratos en alambre los cuales marcan la primera etapa bien marcada de producción artística y la cual lo lleva a relacionarse con famosos artistas contemporáneos a él como Piet Mondrian, Joan Miró, Marcel Duchamp, Jean Paul Sartre, entre otros.

Ya en este punto mostraba entre sus pares la inquietud y la necesidad de imprimir movimiento en el arte lo que queda claro al observar los mecanismos de su circo. A partir de este momento Calder se ve fuertemente influenciado por la obra de Piet Mondrian quien lo cautiva profundamente con su estudio y su trabajo y con quien cultiva una relación de cercanía mutua y compañerismo artístico. Sin embargo aquella inquietud por plasmar movimiento al arte es que le impulsa a incitar a Mondrian a generar oscilaciones en sus obras, el cual se niega rotundamente.

La negativa de su Mondrian lleva a Calder a intentar imprimir aquel movimiento que había recomendado a su amigo en sus propias pinturas, tarea que abandona a las pocas semanas para volver a la producción de sus objetos. (Calder, 1951) Sin embargo este intento es que lo lleva a reflexionar sobre el desarrollo de sus “objetos”, que también en sus propias palabras no pasaban de “unos cuantos retratos de alambre y juguetes mecánicos” (Calder, 1937)

es que se ve además tocado profundamente por la concepción del cosmos que comienza a desarrollarse a partir del desarrollo espacial y las teorías científicas de Einstein que vienen a romper el paradigma de la ciencia en aquellos años.

Introducción al arte, enfoque lúdico

Es en este contexto donde desarrolla a partir de la década de 1930, su trabajo con los Mobiles (término acuñado por su colega y amigo Marcel Duchamp). Estos vienen a ser el resultado a sus inquietudes y la esencia de su trabajo artístico en cuanto al arte cinético, la fuerte influencia recibida de Jean Arp, Piet Mondrian y Joan Miró principalmente, su profunda formación en mecánica. Además el contexto científico en el cual se encontraba la sociedad y la profunda seriedad de gran parte del contexto artístico de post guerra vienen a motivarlo a tomar una enfoque lúdico, centrado en la captura del movimiento de un mundo que comenzaba a olvidar desde hace algún tiempo su esencial relación con la naturaleza y su propia humanidad.

En un primer momento los Mobiles obtenían su movimiento de mecanismos y pequeños motores eléctricos al igual que el circo, sin embargo la evolución de estos en la mente de Calder estaba destinada a ser entregados a su entorno para que fueran una parte más del sistema en el cual se enmarcaban, en ese sentido los Mobiles eran entregados al viento, el reflejo del sol o de la noche y el agua, la brisa y la lluvia. Y en ese momento se vuelven prácticamente autónomos.

El tercer momento de la obra de Calder deriva en los Stabiles, donde su preocupación se centra en la ocupación de los espacios públicos para generar un impacto en la humanidad de las personas, en sus propias palabras nos dice que intenta capturar de manera estática un aspecto de la humanidad o de la naturaleza y hacerlo presente.

Calder, naturaleza y movimiento. El aparecer de la obra

La relación de Calder con la naturaleza es sumamente estrecha a partir del que podríamos denominar su segundo momento artístico donde en Francia se recluye en una granja a las afueras Sache, lugar en el cual se encuentra principalmente aislado y en contacto solamente con su campo y su trabajo.

La producción y forma de sus mobiles tiene una íntima complicidad a partir de elementos capturados de la naturaleza, sin embargo no intenta capturar un momento en específico, si no que logra abstraer el objeto a su movimiento o a sus aspectos más esenciales. En esencia, encontramos sus Mobiles llenos de hojas, pétalos, peses, escamas, elipses, lunas y soles, abstraídos e imbricados por el movimiento natural que logran al ser entregados a su entorno.

Por ejemplo Sartre nos define los Mobiles como una fiesta de movimiento, que sin embargo no hace referencia a nada y que sin movimientos son igual a nada, solo hacen referencias a sí mismos, a la “verdad” y a ciertos momentos conscientes o inconscientes:

“A Mobile: a little local fiesta; an object defined by its movement and non-existent without it; a flower that withers as soon as it comes to a standstill; a pure stream of movement in the same way as there are pure streams of light… But most of the time he imitates nothing, and I know no art less untruthful than his. Sculpture suggests movement, painting suggests depth or light. Calder suggests nothing. He captures true, living movements and crafts them into something. His mobiles signify nothing, refer to nothing other than themselves. They simply are: they are absolutes.” (Sartre, 1946)

Los Mobiles de Calder logran aparecer a partir de la energía que los toca hacer aparecer un momento cargado de aquello que llamábamos la esencia de la relación entre el hombre y su entorno natural, en la energía de la trascendencia y el movimiento y de esta manera llevarnos además a recordar lo lúdico de la infancia, lo lúdico, único y diverso de las fuerzas del hombre y de la naturaleza.

El sentido de los Mobiles de Calder es capturar la energía de la naturaleza a partir de su movimiento, su luz, sus texturas y sus formas abstrayendo este sentido a tal punto que logra un equilibrio perfecto entre el aparecer de lo efímero del movimiento de la naturaleza a través de su propia energía y nuestra percepción de esta generada a partir de nuestra relación con el entorno.

Una vez más en palabras de Sartre:

“his mobiles are at once lyrical inventions, technical, almost mathematical combinations and the tangible symbol of Nature, of that great, vague Nature that squanders pollen and suddenly causes a thousand butterflies to take wing, that Nature of which we shall never know whether it is the blind sequence of causes and effects or the timid, endlessly deferred, rumpled and ruffled unfolding of an Idea” (Sartre, 1946)

Calder y lo efímero, entre aparición y aparecer. Stabiles y la ocupación del espacio público

Como bien se señaló más arriba el tercer momento de la obra de Calder corresponde a sus esculturas Stábiles cuya abstracción, siempre relacionada con la naturaleza, parece alejarse de la concepción cinética propia de sus obras anteriores para en cierto sentido “retroceder” en la innovación artística que representaban sus Mobiles. Sin embargo creemos que no es así, puesto que sus Stábiles capturan momentos apropiándose del movimiento generado en el entorno de la obra.

La obra se apropia del entorno imprimiendo el movimiento fuera de ella, el cual es generado por la percepción que se tiene cuando se observa desde el entorno. De esta manera, Calder una vez más va un paso más allá de las condiciones artísticas de su época y transforma la manera de concebir la ocupación del espacio público produciendo a través de sus obras ilimitadas posibilidades de momentos que aparecen a partir del uso que se hace del espacio público y de las condiciones mismas de éste, el cual era un elemento que Calder tomaba en consideración antes de crear cada Stábiles.

Según Martin Seel, el aparecer de un objeto debe entenderse como una dimensión de la realidad de los objetos de la percepción, puesto que las formas del aparecer del objeto, para producir su aparición debe condecir a las formas de la percepción, o al menos estimularlas. En razón de esto postula que existe una falsa dicotomía entre el aparecer y el ser, dado que : La construcción fenoménica de un objeto puede conocerse en su "ser-así", o puede experimentarse atendiendo a la presencia de su "aparecer" El concepto de un objeto de la percepción no es escindible del concepto de sus apariciones, pues un objeto es perceptible en tanto puede ser identificado, entre otras cosas, a partir de sus apariciones”.

De esta manera los Stábiles de Calder conjugan la aparición a partir de su ser fragmentado a partir de la perspectiva espacial y el movimiento que le imprima quien observa la obra.

Así es como la totalidad de la obra de Calder se trata de capturar esencias, momentos, códigos atávicos transversales al humano y la naturaleza, en definitiva nuestro universo, para trabajar con él, recrearlo y sentirlo, como el mismo nos señala en sus manuscritos:

“I think that at that time and practically ever since, the underlying sense of form in my work has been the system of the Universe, or part thereof. For that is a rather large model to work from…What I mean is that the idea of detached bodies floating in space, of different sizes and densities, perhaps of different colors and temperatures, and surrounded and interlarded with wisps of gaseous condition, and some at rest, while others move in peculiar manners, seems to me the ideal source of form”. (Calder, 1951)

Conclusión

Por último, no podemos dejar de lado la reflexión referente a la percepción del propio Calder de la relación entre la máquina, la naturaleza y la ciencia. Reflexión que queda en evidencia a partir del modelo de abstracción artística de la naturaleza y el movimiento – en consecuencia la energía – a lo largo de toda su obra y la forma de producción de sus mecanismos íntimamente ligados, si es que no representantes del movimiento Arts & Crafts, que poseía una determinación ética respecto de los avances de la industrialización, el desarrollo tecnológico-social y por supuesto las consecuencias y perspectivas artísticas de semejante desarrollo.

Es así como Calder nos presenta figuras simples, en un comienzo articuladas por mecanismos simples, pero que después toma como mecanismo o motor a la naturaleza misma o bien al espacio mismo, haciendo de la naturaleza el motor de su propia representación, movimiento y percepción. Calder nos hace revalorar a la naturaleza como máquina, re-estudiando sus formas, capturándolas en movimiento y esencias, reinventándolas y diciéndonos: en ella está el movimiento y la estabilidad de cualquier objeto que podamos producir los humanos. Haciendo de esta el principio absoluto y fundante de su producción artística.

Referencias bibliográficas

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